martes, 14 de septiembre de 2010

Fito Páez emocionando, siempre emocionando

El cielo parecía caerse a pedazos, todo el día castigó con su lluvia. No sólo fue torrencial sino también de esa llovizna molesta que apenas moja. Los paraguas fueron los protagonistas del día. No fueron los únicos personajes principales porque la realidad marcaba que la Biblioteca Nacional era la cenicienta, la homenajeada, la privilegiada. Han pasado 200 años de que se instauró como institución, allá por 1810 de la mano de Mariano Moreno. 13 de sieptiembre, esa fue la fecha que abrió el camino hacia el destino final de muchos libros, obras y escritos. Acá, más cerca en el tiempo ya en el 2010 el festejo mostraba al músico Fito Páez invitado por el actual director Horacio Gonzalez para cerrar los concientros musicales comenzados el domingo pasado. El maestro Gerardo Gandini iba a acompañrlo y dirigirlo pero se ausentó a último momento por problemas de salud. "Acá tenemos un valiente que se animó a venir con este frío y lluvia, mi amigo personal", lanzó Gonzalez. Con su andar desgarbado y alegría apareció Fito. Una polera amarilla, una bufanda del mismo color, saco y pantalón negros indicaban que el cantautor tampocó pudo esquivarle al clima. Su piano colorido, pintado con la pasión y entusiamo del Sr Páez lo acompañó como en tantas otras noches musicales. La canción Tus regalos deberían de llegar marcó el inicio. Le siguió Cable a tierra y después continuó con grandes temas como Un vestido y un amor, Mariposa Tecnikolor, Al lado del camino, Dar es dar, Tiempo al tiempo, 11 y 6, Tumbas de la gloria y Calaberas nada. Sorprendió con canciones como Desarma y sangra de Charly García donde al finalizar de cantarlo lo nombró con mucha emoción. La misma emoción que se veía en los ojos de Liliana Herrero que lo miraba desde la primera fila junto a su marido Horacio Gonzalez. En clima de cultura, literatura e intelectuales presentó el tango La última Curda. Otro momento emotivo fue cuando avocó a Violeta Parra y su Gracias a la vida. Muchos seguro recordaron a Mercedes Sosa que tantas veces entonó esa hermosa canción. Serenidad y paz transmitió el músico en cada verso, en cada acorde y en cada melodía.Los asistentes estaban a punto de alcanzarle una guitarra electrica pero el rosarino desitió, dejó colgado a sus ayudantes. Sin piano ni guitarra vocalizó las estrodas de Yo vengo a ofrecer mi corazón. El silencio de los presentes era increíble, respetando a la música y sus espacios. "¿Quién dijo que todo esta perdido?. Yo.Vengo a ofrecer mi corazón", finalizó Fito. El aplauso del público fue contundente y él riendose pedía que no lo aplaudan más. Asisitiendo a los elogios miraba con ojos complices a Liliana Herrero y seguía saludando. Fue, volvió y se despidió. El cierre de la noche fue con fuegos artificiales que dieron el gran final a pesar de la lluvia. La mejor imagen, el músico disfrutando de ellos bajo su paraguas que se le volaba con el viento pero su sonrisa evocaba la alegría que tenía y le produjo estar presente en este evento.


Imagen: Prensa Presidencia de la Nación

No hay comentarios:

Publicar un comentario